miércoles, 30 de junio de 2010

Marketing

Fidelización interna: ponerse la camiseta
Como dijo un cliente: "El dueño es como el sol: cuando la luz no llega las semillas no crecen". En parte es verdad, pero qué pasaría si plantáramos espejos? Habría más luz en todo el campo, e inclusive las semillas que no tienen luz directa crecen de todas formas. De esto se trata la fidelización.
Lo importante es la confianza
Periódicamente escuchamos que "esta generación sólo quiere obtener mucho con poco esfuerzo", y en parte es verdad. Aunque si analiza un poco más en detalle, notará que en general este público interno invierte mucho tiempo en redes sociales, partidos de fútbol (durante el mundial) y otras cosas que son de su interés personal.
La clave es lograr el mismo interés y confianza para que nuestro personal esté tan interesado en hacer crecer a la empresa, como con estos otros temas personales. Como decimos en Argentina: que se pongan la camiseta.

La Confianza como estrategia
"Si la empresa crece, crecemos todos" es la trillada frase del jefe y que pocas veces se cumple. Ahora, si reemplazamos el "crece" por un objetivo concreto, cuantificable y medible, y cambiamos el "crecemos todos" por un incentivo igualmente concreto, es muy probable que el resultado sea diferente. Este es uno de los ejemplos más simples de estrategias de confianza que podemos desarrollar, aunque no es la única.

La Confianza Corporativa
Antes de poder definir una estrategia, es necesario definir qué es confianza.
Las políticas corporativas deben incluir la definición de confianza para las diferentes areas y aspectos, ya que muchas veces lo que es obvio para algunos es ilógico para otros. Una vez aunados los criterios es mucho más simple pensar en estrategias y formas de llevarlas adelante.

La confianza personal
La estructura jerárquica debe ser sólida y a la vez flexible. La confianza es una cuestión personal, ya que si un coordinador no tiene confianza en los miembros de su equipo, estos probablemente sólo muestren lo positivo y oculten los errores que, si hubiera confianza, se podrían solucionar.
Como toda dinámica de grupos, cuanto más unidos sean los grupos de trabajo, mejores serán los resultados obtenidos.

El líder ideal
El líder ideal es creíble: debe cumplir lo que dice y mantenerlo en el tiempo.
Es independiente: toma determinaciones y propone soluciones.
Confía en su equipo: delega las tareas a su equipo, teniendo en claro quienes cumplirán mejor con el trabajo y coordinando de forma de no sobrecargar a algunos miembros en particular.
Si bien la descripción es para los mandos medios, creemos que estos aspectos son válidos para todas las escalas.

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